Hablamos d BookyPets, un videojuego que hace de la lectura un juego.
Una de las relaciones más bonitas que existen es la de los libros y los juegos. Yo me interesé por los videojuegos gracias a los libros de Lucha-Ficción de Steve Jackson. Aquellos libros, una evolución más rolera de los «Elige tu propia aventura» me animaron a buscar experiencias más interactivas e inmersivas, y acabé pidiéndole a mis padres una Mega Drive.
BookyPets Legends hace lo contrario. Quiere fomentar el interés por la lectura a través del juego. Para lograrlo, combina una propuesta a caballo entre el mazmorreo, la exploración por mundos semiabiertos muy de PlayStation 2, algo de Pokémon y profundos sistemas de retos, premios y recompensas basado en la lectura. ¿El objetivo? Que los niños entre siete y ocho años se apasionen por las letras.
David Ferriz, diseñador del proyecto me explica: «las posibilidades de los videojuegos en el ámbito educativo son enormes. Yo diría que son incluso más grandes que las de otros productos culturales como la literatura o el cine, ya que ‘obligan’ al usuario a tomar decisiones e interactuar de forma activa. En los videojuegos casi todo lo que ocurre depende del usuario y eso es algo que no pueden ofrecer otros medios.» BookyPets pretende justamente eso: llevar al niño a participar activamente en la decisión de querer leer, aprender palabras nuevas y hacerlo de forma constante.
BookyPets Legends sabe cómo fomentar el ámbito de la lectura en nuestros hijos
Todo comienza encarnando a un niño elegido que llega a un mundo mágico. Está habitado por los BookyPets, criaturas que tienen libros por alas y eso les permite volar. Sin embargo, cada vez hay menos gente que lee, por lo que los BookyPets se debilitan y son presa fácil para unos monstruos que los encarcelan. Así que tú tarea es recorrer el lugar, leer, superar pruebas de vocabulario y de comprensión lectora, conseguir llaves para liberarlos a cambio y hechizos y pócimas para fortalecerlos.
Álex Mahave, CEO y fundador del proyecto me cuenta: «se trata de construir una experiencia nueva en la que la lectura está completamente integrada y aporta un valor diferencial en el desarrollo del propio juego (…). Como padre de dos mellizos de 12 años, he podido comprobar en vivo y en directo cómo (jugándolo) cambiaba el paradigma de la lectura para ellos: ya no es una experiencia un poco friqui, que te aísla de los demás, sino algo vibrante, divertido, compartido, y que te abre a otros universos que hasta ahora desconocías. Van a leer, aprender palabras nuevas, mejorar su comprensión lectora y desarrollar algunas competencias clave para sus vidas: autoconfianza, control emocional, toma de decisiones, trabajo en equipo, empatía, resiliencia»
Lo divertido de BookyPets es cómo se las apaña para que ese momento de enfrentarte a un texto despierte tu curiosidad. No solo leemos. A veces hay que encender una cerilla y moverla para darnos luz, en otras ocasiones hay que romper con un martillo unas rocas que nos impiden la visión. Es decir, se esfuerza en que el niño tome la decisión de querer leer. No solo te pone un texto delante, añade pequeñas interacciones para que la lectura sea un premio. No estoy de acuerdo con lo que comenta Álex de que esa intimidad que envuelve la lectura de un libro sea «una experiencia un poco friqui», pero para los niños que sí lo entiendan así, estas dinámicas de juego pueden que les hagan cambiar de opinión.
Los sistemas de gamificación me han parecido excesivos
El problema que le he visto son sus excesivos sistemas gamificados. No hay que pagar por nada, no me malinterpretéis. Al leer algo te dan puntos por palabras leídas, subes de nivel, te dan hechizos y pócimas, avanzas por una barra de progreso que te entrega llaves… Son excesivos y se suceden con una velocidad que a veces me olvidaba de qué estaba haciendo. Hay un contraste muy grande entre la finura en la forma de llevarte a la lectura y cómo te deja disfrutarla, y lo gruesa que es su gamificación.
Se celebran los premios que recibes, por supuesto. Es la forma de dotar de más fuerza a tus BookyPets y que funcionen mejor en los combates. Las batallas son sencillas pero efectivas, y se nota cuando dopas bien a tus criaturas para que derroten a las demás. Tuve curiosidad por saber cómo se testea y se equilibra todo esto cuando el público objetivo es infantil. David me dijo que «desarrollar videojuegos para niños siempre es muy complicado, son un público muy especial con un nivel de exigencia tremendo. Con el público adulto hay cierto margen para el error, pero con los niños no hay segundas oportunidades: si algo no les gusta no lo jugarán.»
«En nuestro caso», siguió explicándome, «tenemos la suerte de llevar muchos años trabajando en videojuegos infantiles, hemos vivido muchas rondas de testing y focus group para proyectos desarrollados junto a empresas jugueteras y eso nos ha ayudado mucho a conocer el target infantil (…). Se realizaron varios programas piloto en centros educativos y aunque los resultados iniciales fueron muy positivos, también aprendimos muchas cosas para seguir mejorando el proyecto.
El diseñador me recuerda que «no hay que olvidar que el universo de BookyPets no está formado solamente por el producto premium que se lanzará en Consolas y Steam dentro de unos días, BookyPets es un proyecto transmedia que ya lleva cierto tiempo funcionando y evolucionando en forma de libros, visual novels HTML5 y sobre todo un videojuego para móviles que cuenta con casi 100.000 usuarios y eso nos ha permitido ir afinando el concepto poco a poco. «
BookyPets forma parte de un proyecto transmedia con muchos usuarios activos
Artísticamente, BookyPets no es ningún derroche de técnica, pero sí que es muy legible. Es fácil entender hacia dónde hay que dirigirse, dejando espacio para la exploración. Además, tiene algo guay, y es que los personajes que nos encontramos por el camino están basados en cuentos populares. Eso ayuda mucho a generar conversaciones con los padres y a motivarlos a leer también en la vida real.
El título se publica el 30 de marzo para Nintendo Switch, PS4 y Steam. Es un juego entretenido, con secretos y con un buen fondo. Ese puntito tan de Pokémon de fortalecer a tus criaturas para que combatan está chulo, sobre todo por cómo lo conecta con la pasión por leer. Está cargado de easter-eggs y va bastante bien en Switch. Si tenéis un niño de ocho años por casa con la híbrida de Nintendo, es bastante fácil que el juego le enganche.